lunes, 3 de abril de 2017

La invencible

Me convertí en aquello que amabas
-y odiabas-
No existía mejor sabor,
que la risa de otra persona
en tu boca.
Ahora es amargo
y vivo como si el dolor no existiera.
Te odio porque te quise,
me hiciste daño
y me fallaste.
Eras mi lugar,
mi hogar
en cada estación.
Ahora eres...
el vacío de un amor destructivo.
Ahora soy fuego
en tu helado corazón.
Despacio te fuiste,
dejando huella.
Eras mi sitio favorito,
mi dolor,
mi lloro en estas cuatro esquinas
y te estas convirtiendo en mi olvido.

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