Para librarse de los miedos hay que
dejarlos salir.
Hubo una época, no hace mucho, quizás hace nada en que odiaba todo de mi.
Voy a ser clara, me repugnaba mi cuerpo, ahora poco a poco estoy aprendiendo a quererlo.
Cuándo tienes tantos complejos y miedos, todo cuesta, como qué vas cuesta abajo.
Por eso, estoy contando mi historia, mis miedos para dejarlos salir y sentirme más libre.
Tengo miedo a la soledad, de no formar una familia o de perder a quién tengo. También de no encajar bien con las personas.
Muy poca gente me conoce, quien me conoce en profundidad es solo una persona, la mini versión de mi.
Ella distingue cuando mis palabras son diferentes o sabe que si desaparezco es por algo, a ella le tengo mucho que agradecer.
Perdí mucho hace poco, pero también gane.
Hace poco salí de una relación de tres años, donde sentía que nada iba a ningún lado.
Salí con más complejos de los que tenía y con miedo a querer a alguien y que nadie me quisiese.
Pero todo viene a su tiempo, con calma.
Primero debo liberar mis miedos, abrazarlos y luchar por mis metas.
No sabéis lo duro que es querer un cuerpo que no quieres, lo que cuesta intentar superarse día a día, luchar por una mejora, reconciliarse con la comida y con la vida.
Incluso escribir estas palabras me ha costado, pero era el momento.
No se porqué, pero lo sentía, sentía que debía escribir más y a la vez mostrar como soy.
Soy una loca enamorada y soñadora, donde doi lo que puedo y más.
Sensible, risueña, cabezona pero única.
