Ojalá algún día la quieras
y si la quieres,
quiérela aunque esté rota.
Quiere sus miedos
porque los monstruos aún andan acechando.
Quiérela sin tallas,
sin prejuicios.
Si la quieres,
quiérela como deberían quererla.
Cómo también te gustaría,
que te quisieran.
Aunque esté rota,
no importa.
Ella dará el cien por ciento,
puede estar triste
y también alegre
pero luchará.
Quiere sus lágrimas
y recuerda que la magia está en las imperfecciones.
No oscurezcas su alma,
no temas de si puedes sufrir,
no todas las personas son iguales.
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