Si fueras más de encuentros
que de versos,
podríamos ver el amanecer juntos.
Convertir la tarde,
en poemas escritos
en las líneas de nuestros cuerpos.
Sumergirnos en la arena
mientras sentimos espasmos
tras cada orgasmo.
Tenemos tatuados tantos pasados
que es difícil no recordarlos.
Son cicatrices
de todo lo vivido,
guerras que han sido nuestra perdición
y salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario